Se cumplen 150 años del nacimiento de Richard Strauss, uno de los compositores más programados en teatros de ópera y auditorios alemanes. ¿Cómo va a celebrar Alemania este aniversario redondo?
A Richard Strauss no le hacen falta aniversarios redondos para que su música se programe. Desde que en los primeros años del siglo XX lograra la celebridad internacional gracias a su obra y a su carrera de director de orquesta, ha sido un músico mimado por público y programadores de todo el mundo. En vida fue retratado, caricaturizado y distinguido con diversos honores. Tras su muerte, se emitieron sellos conmemorativos y se inauguraron calles y avenidas con su nombre. En su Múnich natal, además de la calle Richard-Strauss-Strasse, hay también un túnel Richard Strauss y un parque Arabella, como el título de una de sus óperas.
La Ópera de Dresde, a la que Strauss consideraba su particular “Eldorado” escénico -nada menos que nueve de sus 15 óperas se estrenaron allí- ha tenido muy en cuenta en su programación el 150º aniversario de su nacimiento. Su actual director musical, Christian Thielemann, recuerda que el propio Richard Strauss dirigió la orquesta de la casa, la Staatskapelle de Dresde: “Los músicos están muy orgullosos de su tradición straussiana”, dice Thielemann. “Lo más difícil al dirigir sus obras reside en regular convenientemente la dinámica, porque requiere una gran orquesta y no siempre es fácil tocarpianissimo”, explica. El propio Strauss decía que era capaz de plasmar en música dos variedades distintas de cerveza. “¡Naturalmente que podía!”, exclama Thielemann. “Strauss era capaz orquestar cualquier cosa cotidiana haciéndola parecer un objeto de lujo”.
Representación de "Salomé", de Richard Strauss, en la Semperoper de Dresde en 1905. |
El papel del coro ha cambiado
A lo largo de la temporada, los melómanos que se acerquen a la ciudad sajona podrán disfrutar de cuatro óperas de Strauss: la wagneriana Guntram, Ariadne auf Naxos, Salome y Feuersnot. Además, la Staatskapelle participará en una representación de Arabella en la próxima edición del Festival de Pascua de Salzburgo, que tendrá lugar entre el 12 y el 24 de abril. Pablo Assante, que hasta hace unas semanas era el director titular del Coro de la Ópera de Dresde, revela para Deutsche Welle algunas de las características que Strauss asigna al coro en sus óperas: “No tiene el mismo papel que en Wagner”, explica el director argentino. “En Feuersnot tiene cierta presencia, pero en otras óperas, como Arabellao Daphne, tiene un rol muy limitado y la escritura es muy sencilla. En uno de sus títulos más conocidos, como Salomé, el coro ni siquiera está presente y en Elektra se limita a una breve intervención”, detalla Assante.
Algo ha cambiado desde el gran referente operístico wagneriano, donde el coro representaba a la masa anónima, a la manera del coro griego, como sucede en Lohengrin yTannhäusser. “En Strauss existe una escala que va desde las intervenciones aisladas hasta el gran grupo coral, como los Zuschauer en El caballero de la rosa, pasando por pequeños conjuntos vocales.” En el intervalo de tiempo que transcurre entre Wagner y Strauss, se ha producido una transición que afecta a los límites tradicionales entre individuo y masa. “Ello responde a una realidad en la que lo grupal y lo individual son conceptos dinámicos”, concluye Assante.
Programación especial
Strauss no siempre se sintió bien tratado por la Ópera de Dresde. Incluso pensaba que a los músicos italianos se les ofrecían mejores condiciones económicas: “Tendré que rebautizarme como Ricardo Straussino para que se me conceda lo que deseo”, escribió burlonamente el compositor en una carta dirigida en 1911 al director Ernst von Schuch, a cargo en aquel momento de la Semperoper de Dresde. Sin embargo, la institución sajona ha organizado entre el 6 y el 23 de noviembre unas Jornadas Richard Strauss, en las que participarán estrellas como Thielemann, Renée Fleming y Thomas Hampson en las óperas Capriccio, Daphne y Arabella. Además, habrá dos representaciones de ballet y la actuación en directo de la Staatskapelle de Dresde acompañando las imágenes de la película mudaEl caballero de la rosa, de 1926.
Por su parte, la edición de 2014 del Festival Richard-Strauss, que se celebra anualmente en la ciudad bávara de Garmisch Partenkirchen, donde el compositor residió durante años, tiene un significado especial. El mismo día de la efemérides, el 11 de junio, tendrá lugar una velada en la que se podrá escuchar la escasamente programada Die Liebe der Danae en versión de concierto, con estrellas como Anne Schwannewilms y Lance Ryan. El Instituto Richard-Strauss se encuentra también en Garmisch. La institución prepara una exposición sobre el compositor para este año y proseguirá su trabajo de catalogación de fuentes straussianas.
Pero no solo Dresde y Garmisch Partenkirchen, ciudades a las que Strauss estuvo muy vinculado, festejan el aniversario del nacimiento del compositor. Si dejamos de lado las numerosas obras orquestales y concertantes de Strauss, a las que las temporadas de conciertos dedican programas especiales, y nos centramos en las representaciones de ópera, tendremos ocasión de disfrutar de El caballero de la rosa en las ciudades de Ulm, Múnich, Düsseldorf, Friburgo, Leipzig, Magdeburgo y Manheim. Salomé estará presente en Berlín, Hamburgo, Coblenza, Würzburg y Múnich, Ariadne auf Naxos en Radebeul, Múnich, Coblenza, Kiel, Stuttgart y Fráncfort.Elektra podrá verse en Leipzig y Manheim y Arabella en Núremberg y Hamburgo. La mujer sin sombra se representa en Saarbrucken, Leipzig y Kassel y, por último, Daphne, en Fráncfort. Hay donde elegir.
Precisamente en la Ópera Estatal de Berlín acaba de actuar el tenor portorriqueño Joel Prieto, bajo la dirección de Zubin Mehta, encarnando el papel de Narraboth en Salomé. Habituado a cantar repertorio belcantista y mozartiano, donde la línea de canto y la claridad sonora son muy importantes, para Prieto ha supuesto un reto enfrentarse a la escritura vocal straussiana: "Strauss recopila toda la tradición anterior y la impulsa hacia el futuro", dice Prieto en conversación con Deutsche Welle. "Va mucho más allá de Wagner y mucho más allá de Verdi, su música es compleja y densa. Acostumbrado a cantar con una orquesta ligera, en Strauss uno tiene que poner todo de su parte para poder ser escuchado. El otro día comentaba con mis compañeros de reparto, que cantar Strauss es como participar en las olimpíadas de la voz.", concluye Prieto con una sonrisa.
Publicado y Fotografías
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