La obra operística regresará luego de 36 años de su anterior representación en México, llevando en los roles protagónicos a Arturo Chacón y María
Katzarava Ópera fantástica que narra una historia de amor, sufrida y dolida, que termina en tragedia: Ramón Vargas
La ópera Manon, la historia del caballero Des Grieux y su amante Manon, basada en la novela Las aventuras del caballero Des Grieux y Manon Lescaut de Abbé Prévost, con música de Jules Massenet; llegará al Palacio de Bellas Artes los días 11, 13, 16, 18 y 20 de marzo, presentando en los roles protagónicos al tenor Arturo Chacón y a la soprano María Katzarava.
En conferencia de prensa, Ramón Vargas, director artístico de la Ópera de Bellas Artes, indicó que Manon es una ópera fantástica que narra una historia de amor sufrida y dolida que termina en tragedia, como todas las obras románticas del siglo XIX, donde al pecador se le tiene que castigar, casi siempre con la muerte.
Agregó que Manon es una historia muy importante que regresa a Bellas Artes casi 40 años después de su anterior escenificación (1978), la cual será contextualizada en la década de los años 40 del siglo XX. “No es una puesta que se represente en un momento histórico preciso, al ser una obra que tiene un tinte romántico se puede manejar fácilmente y sacar del contexto del siglo XIX”.
Sobre la actual coproducción de la ópera de Bellas Artes y el encuentro anual, la cual se montará en la versión 30 del Festival Centro Histórico de México; el director escénico, Antonio Algarra, explicó que esta versión de Manon se decidió contextualizar en un París en medio de la Segunda Guerra Mundial para acercarla más al público.
“Estamos en pleno siglo XXI, la ópera es una obra fuerte que nos habla de seres de una gran fuerza y pasión. Indudablemente Manon es el prototipo de un ideal romántico, el personaje masculino de Des Grieux va buscando más allá de la razón un encuentro con el amor, mientras que Manon es una particular antiheroína que busca el placer y la riqueza, que va dejando de lado el amor por conseguir lo que desea”.
Ramón Vargas, en presencia de Alain Guingal, director concertador, Félida Medina, encargada del diseño de escenografía e iluminación, y los cantantes mexicanos María Katzarava y Arturo Chacón; abundó en que Manon es una ópera complicada a nivel técnico-musical y técnico-teatral- escénico.
El tenor sonorense Arturo Chacón comentó que el personaje de Des Grieux llega en un momento justo, pues anteriormente se había negado a realizarlo. “Ahora me siento suficientemente maduro para enfrentarlo, estoy contento sobre cómo me siento con el personaje, es muy noble, generoso, con sentimientos, creo que se apega a mi personalidad”.
Apuntó que Antonio Algarra ha realizado una dirección muy especial, con mucha vida. “Creo que la ópera tiene que vivir para que el público la pueda disfrutar. […] En todos los aspectos estamos entregándonos, el público va a recibir música hermosa, parte de nuestras almas y de lo que somos. Mi compromiso no es el pensar en cómo alinear para cantar, sino en cómo entregarle al público una experiencia de la cual se acuerden, esperamos, toda la vida”.
María Katzarava expuso que el personaje de Manon ha sido todo un descubrimiento. “Para una soprano es uno de los roles más completos que existen y en el cual te puedes consagrar vocalmente e histriónicamente”.
En esta propuesta con música de Jules Massenet y libreto en francés de Henri Meilhac y Philippe Gille, señaló Alain Guingal, director concertador; se habla con la música y es complicada porque al tiempo que la interpretación es delicada, también es fuerte y dramática.
Ramón Vargas abundó en comentar que esta ópera de cinco actos y seis escenas es una ópera difícil en la que participan muchos personajes, pero que tiene todos los elementos para que salga bien.
“Tenemos una ópera maravillosa con un elenco mexicano, estamos confiando en hacer títulos difíciles y modernos, haciendo una mezcla de intereses artísticos, una combinación que creo puede gustarle a todos”, puntualizó.
Manon, ópera cómica con final trágico, es quizá la expresión más representativa y característica de Massenet, quien revolucionó los esquemas de la ópera cómica francesa; la puesta fue estrenada el 19 de enero de 1884 en el Teatro Nacional de la Opéra-Comique de París; y en México en el Teatro Renacimiento el 15 de noviembre de 1899. La primera función de la ópera de Jules Massenet en el Palacio de Bellas Artes fue el 1 de agosto de 1937.