NOTIMEX - Con trayectorias que rebasan las dos décadas, músicos mexicanos como Iraida Noriega, Alex Mercado, Alain Derbez y Mauricio Sotelo coincidieron en el buen momento por el que atraviesa el jazz en México, un género que cada día tiene más espacios, más público cautivo, pero que, reconocieron, “siempre requerirá de abrir nuevas rutas y de una mayor difusión de sus propuestas”.
Consultados sobre el tema en ocasión del Día Mundial del Jazz que se conmemora hoy, los músicos mexicanos pusieron énfasis en la necesidad de que el propio gremio traze nuevos caminos para dar a conocer sus proyectos dentro y fuera del país, y romper así con el cliché que se tiene del músico mexicano, identificado casi siempre con los sonidos del mariachi.
Afortunadamente, dijo Sotelo, quien es multi instrumentista y promotor del Chapman Stick y su principal exponente en México, hoy en día hay en este país muchas músicas, mucho público y a partir de la apertura en las redes y de toda esta información que se puede compartir “hemos encontrado, como músicos, nuevas plataformas para poder mostrar este género que hoy goza de buena salud”.
Incluido en importantes circuitos del World Music, el integrante de la agrupación Cabezas de Cera habló de su gusto por el género sincopado, por tratarse de un lenguaje que permite la inclusión de todos los demás y celebró la oportunidad que ha tenido de llevar su música a casi una veintena de países, donde ha tenido siempre un gran recibimiento.
“Como músicos tenemos mucha aceptación, yo he podido ver que en el extranjero van del asombro a la efusividad, se sorprenden de que haya músicos que se salgan de la imagen oficial, del México folklórico, que está padre, pues es parte de lo que somos, pero creo que también hay que mostrar este arte más contemporáneo, lo que estamos haciendo hoy y, en ese sentido, los músicos de jazz somos embajadores de esta cultura actual”, consideró.
Iraida Noriega, cuya carrera ha fluido por el sendero de la permanente experimentación, y quien ha apostado por diversos proyectos colaborativos y multidisciplinarios, como su reciente trabajo “Luminosa”, que hace confluir orquesta de cámara y sexteto, con poesía latinoamericana y la pintura de Lorena Aquino, coincidió en que se observa una buena etapa para el género, con una escena muy nutrida, propia de la diversidad que lo conforma, pues es como un gran tronco del que derivan muchas músicas, el free, el big band, etcétera.
Conductora del programa de jazz Efecto Mariposa, que transmite Horizonte Radio, consideró que aun cuando en la actualidad hay mucha gente componiendo e impulsando proyectos, “siempre hará falta seguir abriendo caminos y circuitos, ampliando redes, pero creo que está en buen momento y que hay muchas cosas que están pasando”.
Hija del músico y letrista Freddy Noriega, Iraida colabora con Alain Derbez y Mauricio Sotelo, en un espectáculo que reúne blues, jazz e historia, en un ejercicio muy orgánico de tejido de puentes que tienen como propósito dejar claro al espectador que el jazz no viene de otro lugar, “que también es nuestro y siempre lo ha sido, en un ir y venir de puentes entre Estados Unidos y México, con todo lo que ello conlleva en el momento político actual".
Por su parte, Alain Derbez, quien se define como saxoservidor, escritor y músico, y quien este día encabeza la programación dedicada al Día Mundial del Jazz en Radio Educación, expresó su beneplácito porque en México hay mucho jazz, muchas propuestas por demás interesantes, que ya constan en muchos documentos grabados y escritos que dan fe de su existencia y su fuerza.
“Es un gran momento, con una coyuntura que nos impide dejar morir el género, cada vez hay más espacios, pero hacen falta más vitrinas para conocer esos espacios, más difusión, y que la gente que tradicionalmente ha apoyado la nula calidad, pero la vende, se dé cuenta de que esta propuesta también vende", señaló Derbez.
Luego de asegurar que el jazz es para él la vida misma, lo definió como la improvisación libre y colectiva, como “la forma en que uno suena a través de la colectividad y la colectividad suena a través de uno, es el mejor diálogo posible, porque tienes que escuchar lo que dice el otro y combinar tu decir con el del otro, para que se dé el gran concierto”.
También sobre lo que significa para él el jazz, Alex Mercado fue tajante al considerar que la vida le ha enseñado que “no es negro, ni blanco o azul; latin, fusión o free; elitismo ni prototipo, sino una música que se funde con todo pero no se lo traga nada, que no es de nadie pero al mismo tiempo es de todos, y es bajo esas premisas que lo ha hecho suyo, para crecer como un artista capaz de hacer música que sorprenda, convenza y ennoblezca”.
“El jazz no está en Nuevo Orleáns ni en la sobrevalorada vanguardia de Nueva York, que no está muerto, sepultado en la trompeta de Louis Armstrong, encapsulado en los dedos de Oscar Peterson, o congelado en el refrigerador de la melomanía conservadora”.
También que el jazz no son las Diana Krall o los Michael Bublé, ni es un día festivo para programarlo sólo una vez al año.
Aun cuando el jazz en México es un género con pocos espacios de difusión y contacto directo con el espectador, ha sabido crecer dentro de sus propias circunstancias y poner en alto el nombre de este país, y no necesita mendigar la atención de nadie haciendo concesiones o vendiéndose al mejor postor, remató el pianista, quien atraviesa por uno de los mejores momentos de su carrera, en plena etapa de internacionalización. Jazz